Libros cartoneros: el cartón convertido en arte literario

De una rosa sale un zarzal, y de un cartón un libro.
De una cartonera una editorial.
Y luego si te he visto no me acuerdo.
A todo esto, con música de fondo, o bien quisiera ser un pez y meter tu nariz en mi pecera (o al revés), o yo soy la muerte, la muerte soy, yo soy la muerte…
Básicamente eso es lo cartonero y no hay más.

Durante un viaje a Buenos Aires, un libro cartonero le guiñó el ojo a David Giménez  y, con el paso del tiempo, el aragonés se dio cuenta de que parte de su corazón se había quedado atrapado entre las tapas y los colores espontáneos de aquel fascinante objeto. Poco después creó su propia editorial cartonera Cartonerita Niña Bonita con la ayuda de Sara López,  diseñadora gráfica. 

Cada uno de estos libros está fabricado de manera totalmente artesanal,  realizados con material reciclado y pintados a mano con diseño propio. Cada libro se convierte así en una pequeña obra de arte.

Primero editaron Todo a cien, poemas de David Liquen y fotos de Saramaga, Sir Ope, homenaje a Eloísa Cartonera con varios autores,  Nosotros somos dios de Dron Cadáver, un autor de Casetas, y Poemas de zapatos taciturnos con versos de David Liquen ilustrados por GranBob. Más tarde sacaron una edición ‘cartonera’ de Vladimir y Estragón obra de dos personajes conocidos: el escritor Grassa Toro y el ilustrador Isidro Ferrer con el que tuvieron un gran éxito. Los últimos libros editados son: 10 poemas y un secreto de Joel Mutombo, Jazzmen con «relatos de crooner» escritos por Marcos Callau,   Prosaica filosofal de María GilEspantos  un poemario de Julio Donoso ilustrado por Paco Rallo.

Puedes ver la exposición de libros de Cartonerita, niña bonita en nuestra biblioteca hasta el  29 de febrero.  

  

3 Respuestas a “Libros cartoneros: el cartón convertido en arte literario

  1. Pingback: Exposición de libros cartoneros en Aragón, de la editorial: Cartonerita Niña Bonita « Editorial Ultramarina Cartonera&Digital

  2. Que vivan los cartoneros!

  3. ufff. Por fin. Pensé que no llegaban nunca. Debieron perder el último barco que cruza el Ebro y se retrasaron…

Deja un comentario